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miércoles, 6 de febrero de 2013

Cap.9


Capitulo nueve
Dormí de maravilla, por muy raro que parezca no había tenido esa horrible pesadilla. No había soñado nada. Al girarme me quede mirando a Sammi. Estaba profundamente dormida y Jessica estaba…¿dónde se ha metido? Me levanto y me dirijo a la cocina esta preparando el desayuno.
            -Buenos días dormilona-me dice mientras le da la vuelta a las tortitas.
            -Buenos días-le respondo bostezando.
            -¿Qué tal has dormido?-me pregunta.
            -Muy bien, ¿cuándo te has despertado?-le pregunto.
            -Me desperté a las diez menos cuarto más o menos. Os iba a despertar pero es que      estabais tan monas las dos   dormiditas.
            -No hacia falta que preparases el desayuno-le digo.
            -Calla, que por una vez que toco la sartén…-dice riéndose.
            -Es verdad, le tienes alergia a la cocina…
            -A Andy le importas mucho-me dice en voz muy baja mientras le echa azúcar a su café.
            -Emm…
            -Se puso como loco cuando le dijeron que te vieron con un chico y no te encontrábamos.
            -Bueno, el siempre ha sido muy protector conmigo. Me quiere como una hermana pequeña.
            -Tienes suerte, pocos chicos quedan así. Anda vamos a despertar a Sammi para que desayunemos todas juntas-me dice mientras se dirige a mi habitación.
Cuando terminamos de desayunar nos vestimos y las acompañe a sus casas para que se cambiasen de ropa para más tarde ir a dar una vuelta por la ciudad. Como nos aburríamos y no sabíamos que hacer decidimos ir a Los Estudios Universal aunque Jessica ya había estado hace tiempo como Sammi y yo nunca habíamos estado no le importo ir.
Lo primero que hicimos al llegar fue dar un recorrido en el cual te explicaba como hacían una película, el cual no estaba nada mal. Y después vimos unos cuantos espectáculos que estaban muy bien y había uno en el que salió Piolín dónde Sammi se emociono un montón ya que le encanta Piolín. Cuando terminó el espectáculo te dejaban sacarte fotos y Sammi fue disparada. A veces me parece un poco infantil a pesar de que sea 5 años mayor que yo. Después de su queridísima sesión de fotos nos dirigimos a las atracciones dónde nos divertimos un montón ya que estaban ambientadas en las películas.

Estuvimos desde las doce y media hasta las cinco y pico en el parque de atracciones. Llegue a casa casi a las seis tenía el tiempo suficiente para prepararme porque en una hora Andy me recogería. Me di una ducha súper rápida y me puse unos pantalones vaqueros pitillos que estaban rotos por varias partes y una camiseta negra que tenía unas letras rosas que ponía OUBLIME MOI (olvídame en francés) con la parte de atrás con encaje. Como iba a ir a un concierto no iba a llevar bolso. Metí el dinero, las entradas, las llaves de casa y el móvil en mis bolsillos.
Me puse un poco de rimel y me pinte la raya negra en los ojos y ya estaba lista. Tenía muchas ganas de ir al concierto con Andy y esta vez yo pagaba todo. No paraba de mirarme en el espejo para asegurarme de que estaba bien. Como quedaban quince minutos para las siete me fui a jugar un poco con Kasper ya que seguramente se estaba sintiendo muy solito en casa porque apenas pasaba tiempo en casa. Le llene el comedero hasta arriba y le puse un cuenco de agua. A veces me daba envidia porque no se tiene que preocupar por pagar las facturas o por si no llega a fin de mes. No tiene ningún tipo de preocupación. Cuando me quise dar cuenta ya eran las siete y baje corriendo. Cuando baje me encontré a Andy esperándome apoyado en una moto de esas que llevan los moteros…
            -Hey Giselle, ¿qué tal estas?-me dice.
            -Bien.
            -Me alegro-dice mientras se pasa las manos por el pelo echándoselo hacia atrás.
            -No me digas que esta moto es tuya.
            -Sí es mía, venga ponte detrás de mí-me dice poniéndola en marcha.
            -Vale, bueno tenemos que ir a…
Le explique lo que íbamos a hacer y le pareció buena idea.
Estaba un poco nerviosa porque nunca me había montado en una moto, así que le pedí que fuera despacio. A veces para asustarme aceleraba y yo me ponía a gritar y entonces aminoraba la velocidad. Me encantaba estar montada detrás de él apoyando la cabeza en su espalda. Cuando llegamos había bastante gente esperando para entrar. Así que tuvimos que esperar un poco.
            -Esto esta petado-me dice mientras nos adentramos en el local.
            -Sí, deben de ser bastantes buenos por lo que me han dicho-le digo.
            -Sí eso parece.
            Pasados unos cinco minutos empieza el concierto y la gente se pone a gritar como loca. Serán nuevos pero los pocos fans que tienen están como locos. Tocaban bastante bien Andy y yo no parábamos de saltar y repetir los estribillos que eran bastante pegadizos y fáciles de memorizar.
            -Giselle
            -¿Qué?
            -¿Te quieres subir a mis hombros?.
            -¿Estás loco?-le grito por que con la música apenas se podía hablar.
            -No venga, así es como se disfruta de un concierto de rock. A parte no serás la única hay bastante gente que se ha subido encima de sus amigos…
            -Esta bien, pero si te cansas me bajas.
            Me subí y al principio me dio cosa porque tenía miedo de caerme pero el me sujetaba bien e incluso me asustaba pegando saltos. Me lo estaba pasando genial. Creo que todo lo que sentía por el hace tiempo lo sigo sintiendo ahora, pero el es mi amigo y tengo miedo de estropear las cosas con él…
El concierto duro una hora y media y debo decir que este grupo tendrá un buen futuro porque tocaban bastante bien. Andy no paraba de hacer el tonto para hacerme reír, aunque parezca un tipo duro es muy divertido.



                                               f
Debo decir que esta es la primera vez que una chica me invita a algo, normalmente yo soy el que tiene que pagar todo. Pero que Giselle me invite no me hace mucha gracia porque trabaja mucho y prefiero que se guarde el dinero para ella, porque yo tengo bastante dinero aunque no trabaje. Pero se que si ahora pago yo la cena se pondrá echa una furia y como que no es muy agradable enfadar a las chicas, tienen mal genio.
Aún estoy asustado por lo que le paso ayer, seguro que lo pasó fatal y mis sospechas me dicen que sabe sobre la existencia de los vampiros, porque si no lo sabría se habría puesto como loca diciendo que el tío estaba loco porque le quería morder. Ayer cuando la deje en casa aparque el coche unas manzanas más adelante y estuve rondando la zona por sí el vampiro nos había seguido. Pero no lo encontré así que supongo que esta a salvo. Menos mal que no llego a morderla porque si no me da algo. Podría encontrarla cuándo quisiese porque su sangre correría por sus venas y podría rastrearla pero gracias a dios que ese no fue el caso. Me dan ganas de buscar a esa maldita sanguijuela y despedazarle cada trozo de sangre pero me controlo porque eso esta mal y yo no soy esa clase de vampiro.  
           
            -¿Andy? ¿Estás bien?-me dice moviéndome la mano.
            -Sí, lo siento estaba pensando…¿Qué decías?
            -Ya veo que estabas en otro mundo. Te decía que si te has decidido ya para llamar al camarero.
            -Sí ya se que tomare-en cuanto le dije eso le hizo una seña al camarero para que        viniese.
            -Y bien ¿qué os pongo pareja?- cuando dijo pareja Giselle se rasco la cabeza me hecho una pequeña sonrisa girando la cabeza.
            -Yo pediré una ensalada y unos tacos. Y de beber agua por favor.
            -Y usted- dice el camarero mirándome.
            -Yo tomare un burrito de chile y tacos. Y de beber una coca-cola.
            -Muy bien, enseguida vuelvo.
            -Así que nos ve como novios-le digo mientras apoyo la cabeza en mi mano.
            -No ese tipo de pareja, haber se refería a que somos dos pues dice pareja..
            -No sabes si se refiere a eso-le digo. Se que la estoy   enfadando, me hace mucha gracia como empieza a  alterarse.
            - Ni tú tampoco lo sabes, idiota-me dice .
            -Rebota y en tu culo explota.- cuando digo eso me saca la lengua y se ríe.
            -Eso solo lo puedo decir yo, no me copies- me dice.
            -No, eso no te lo inventaste tú así que a callar.
            -No me mandes callar, i-dio-taaaaa.
            -Te vas a arrepentir…-le digo levantando una ceja.
            -¿Qué me harás?-me pregunta.
            -No te lo voy a decir, tú sigue llamándome idiota y veras. Y el que avisa no es traidor-le digo intentando estar serio.
            -Idiota.
            -Muy bien, ya veras…
            -Andy, seamos sinceros. No me das miedo.
            -¿Enserio piensas eso? Pues ya veras cuando te haga   cambiar de opinión.-Se va a enterar de lo que le voy a hacer   cuando salgamos del restaurante. Se va a arrepentir. Le voy a torturar, haciéndole lo que menos le gusta, cosquillas. Se arrepentirá de  haberme llamado idiota.
            -Para de poner esas caras, se lo qué estas pensando-me  dice.
            -No sabía que eras telépata. ¿Qué estoy pensando?
            -Pues seguramente estás pensando en como torturarme-me dice poniendo cara de        listilla.
            -Sí eres buena, pero ¿cómo te voy a torturar?-le pregunto.
            -Yo que sé. Pero recuerda, no me das miedo.
            -Sí, sí ya veremos…Creo que ya viene nuestra cena.-le digo.
La cena estuvo bastante bien, aunque yo estaba deseando salir del restaurante para enseñarle mi sitio favorito. Seguro que le encanta. Cuando pagó la cena tenía unas ganas tremendas de decirle que se guardase el dinero pero terminaríamos peleándonos. Al salir del restaurante nos montamos en mi moto y ella no paraba de insistir en preguntarme a dónde íbamos a ir pero yo le dije que era una sorpresa.
Me encanta montar en moto y sentir como el aire roza mi cara. Me siento libre y me olvido de todo cuando recorro la carretera a toda velocidad. Me hace olvidar lo que soy. Me hubiera gustado tener mi propia banda de rock y ser famosos, ir de gira por todo el mundo. Pero nunca podré hacer realidad ese sueño porque pasado un tiempo la gente se preguntara que joven sigue siendo no ha cambiado nada ¿cómo lo hará? y terminaran pensando cosas raras y entonces todo el mundo se dará cuenta de nuestra existencia cosa que esta prohibida. También me hubiera gustado en un futuro casarme y tener hijos, pero siendo vampiro nunca podré. Ya he llegado a una época en la que no envejezco más. Tengo veintiún años y con este aspecto me quedare para siempre. Será mejor que deje de pensar en estas cosas.
            -Bueno ya hemos llegado-le digo mientras aparco la moto.
            -Wow, esto es precioso. Y el bosque me encanta tiene pinta de ser tan tenebroso… ¿Vamos a adentrarnos en él?-me pregunta.
            -Claro, es seguro. Suelo venir aquí bastante, cuando necesito pensar y estar solo me doy una vuelta. La gente hace camping en esa zona de allí-le señalo- Esta un poco lejos pero así es mejor porque no se meten por esta zona que te lleva a un sitio que esta genial.
            -¿Y a dónde lleva?-me pregunta mientras empieza a adentrarse observando todo lo que esta a su alrededor.
            -A una playa que esta muy bien. Me gusta porque no suele ir la gente ya que esta un    poco lejos. Pero como puedes ver es   seguro andar por aquí, incluso hay caminos para no perderte. Pero a mi me gusta ir por fuera de los caminos…
            -¿No te da miedo caminar solo por aquí?-me pregunta mientras se apoya en un árbol.
            -No, ¿por qué tendría que tener miedo?
            -No se…
            -Venga, sígueme-le digo.
            -Mientras nos dirigíamos hacía aquí en la moto me he fijado que hay un cementerio     por aquí cerca.
            -Sí y se conecta con este bosque. Como puedes ver es muy grande. E incluso un día descubrí una cueva que esta         genial. Pero ahí ya te llevare otro día porque ya es tarde y estará muy oscura.
            -Vaya, has descubierto una cueva…
            -Bueno es una cueva con una especie de cascada mola mucho. Antes dejaban entrar a la gente pero hubo unos cuantos accidentes así que la cerraron.
            -Entonces no la has descubierto…-me dice.
            -Lleva cerrada unos treinta años, que estuve investigando.
            -¿Y no hay ninguna otra forma de llegar a esa playa?
            -No.¿Tienes miedo?
            -Si te soy sincera después de lo que me paso ayer sí.-me dice mientras agarra mi mano.
Estuvimos andando por el bosque durante un rato, al principio estaba un poco asustada pero luego se fue relajando poco a poco e iba más tranquila.  Menos mal que hoy no llevaba tacones porque no podría haberla traído. Se resbalo un par de veces pero yo la cogí a tiempo para que no se cayese al suelo. A veces llegaba a ser tan torpe que me hacia mucha gracia. Me acuerdo cuando subimos a ver el letrero que ponía Hollywood la tuve que ayudar mas veces.
            -Mira ahí esta la playa, ahora tenemos que bajar por aquí-le digo.
            -Me encanta. Ahora entiendo porque te gusta venir tanto a este sitio. Es hermoso-me dice mientras empieza a bajar las        esca-leras-¿Qué haces ahí parado?
            -Nada-le digo mientras bajo las escaleras corriendo y me dirijo hacia ella.
            -¿Qué has visto?¿Por qué tienes esa cara?-me pregunta dando un paso hacia atrás mientras me acerco a ella.
            -No se tengo delante una playa estoy tapando la única salida y tu estas aquí delante   y te dije que te enterarías por haberme llamado idiota…-le digo dando vueltos a su alrededor. Y entonces empiezo a hacerle cosquillas y se tira a la arena.
            -NOOO! Para, para-dice sin parar de reírse.
            -Haber parado de llamarme idiota cuando te lo dije-le digo haciéndole cosquillas en la tripa.
            -Jajajajajajaja ay no por favor te  lo pido- entonces   consigue zafarse y se va corriendo.
            -Vas a ver cuando te pille enana-le grito mientras veo como se va alejando, se gira y me dice..
            -IDIOTA!!-entonces salgo corriendo y ella empieza a gritar mientras echa a correr pero a pesar de la ventaja que me lleva se que puedo alcanzarla cuando quiera.
            -No te sirve de nada correr porque lo único que vas a conseguir es cansarte, sabes que te pillare.
Finalmente la alcanzo después de haberla dejado un rato correr para que se cansara y la tiro a la arena y no paro de hacerle cosquillas mientras que ella no para de            suplicarme que pare, pobrecita me daba más pena.
            -Por favor, te juro que no volveré a llamarte idiota en la vida pero para.
            -Lo prometes-le digo parando un momento para dejarle descansar un poco.
            -Te lo juro-me dice mientras se sienta.
            -Esta bien, pero te prometo que la próxima vez no paro-se que aunque le diga que       no pienso parar lo voy a hacer porque por lo que he visto esta muerta de tantas cosquillas que le he hecho porque respira muy rápido y casi no puede hablar.
            -Te odio.
            -No te creo-le contesto. Observo como se agarra las    rodillas y apoya la cabeza en estas, de repente le noto triste. Entonces me siento un poco más cerca.
            -Andy puedo contarte una cosa que es muy importante…
            -Sí, adelante.
            -Pero prométeme que no pensaras que estoy loca.
            -Te lo prometo. Sabes que puedes confiar en mí.
            -Veras-hace una pausa y suspira-tú crees que hay algo más en este planeta, o sea, si crees que no estamos…
            -¿Qué quieres decir?-le pregunto, aunque creo que ya se a dónde va a llegar todo esto.
            -Mira no quiero que pienses que estoy loca pero lo que te voy a decir es que…el chico que me ataco ayer no era    normal. Era un vampiro.
            -¿Un vampiro? Giselle yo…
-Por favor tienes que  creerme hablo enserio. Existen los vampiros y son peligrosos, la verdad no era la primera vez que me atacan pero nunca había llegado tan lejos. Las otras veces había conseguido escapar. Pero es que hay un problema  yo no soy normal. Yo soy mitad humana mitad vampiro. Supongo que mi padre es un vampiro- hace una pausa y se me queda mirando a los ojos, parece que este a punto de llorar, noto tanto dolor en sus ojos…-Oh dios mío, piensas que estoy loca ¿verdad?
            -No-que le digo, no soy capaz de decirle que yo soy un…-Por favor sigue.
            -La razón por la que tanto me desean es que les atraigo mi sangre les aportaría mucho poder. Yo los odio, me parecen  una simple anomalía en este mundo. Todos son fríos y manipuladores…
Tengo ganas de decirle que pare que no siga hablando más. Todo esto me duele mucho definitivamente no puedo contárselo. Sí se entera no querrá saber nada sobre mí y no quiero perderla.
            -Mi madre me odiaba no paraba de decirme que me parecía a mi padre. Que nunca      tenía que haberme tenido…-intenta contener las lágrimas pero no lo consigue y empieza a llorar-Esto ha sido muy duro para mí.
            -Giselle no creo que estés loca puedes confiar en mí yo te creo-le digo y entonces la abrazo. No aguanto verla así.- No quiero verte llorar más, si no quieres hablar más del tema lo comprendo, quiero que sepas que yo siempre estaré a tu  lado y te protegeré ¿vale?
            -Gracias, es la primera vez que se lo cuento a alguien y me siento mucho mejor.-me dice mientras se levanta y se acerca al agua. Solo se moja los pies y se queda mirando a la   nada sin moverse. Me gustaría saber que piensa en estos momentos.
            -¿Puedo hacerte una pregunta?-le digo mientras me acerco a ella.
            -Ya me has hecho una- dice y en su rostro se dibuja una leve sonrisa.
            -¿Llevas dinero?-le pregunto y me mira extrañada.
            -Sí-me dice mientras saca todo lo que hay en sus bolsillos y me enseña un par de billetes y unas monedas-¿Por?
            -Nada-le contesto. Y entonces le quito el dinero y el móvil.
            -¿Qué haces? Estás loco-me dice mientras me sigue.-Dame  mi dinero y mi        móvil ahora mismo.
            -Creeme ahora  no lo vas a necesitar-le digo mientras lo pongo bajo la arena. Y la cojo en brazos y me acerco al agua.
            -OH Dios mío, Andy no lo hagas-dice gritando-Esto no tiene gracia.
            -Si que la tiene.-le digo mientras me voy adentrando más y ella va gritando cada vez más y me pide que no la meta pero     entonces la dejo y el agua le cubre hasta las   rodillas.-Ya te  he dejado ¿contenta?
            -Estas loco, que narices te pasa me he mojado los pantalones-me dice y entonces le empiezo a mojar.-Serás idiota
            -¿Qué me has dicho? No te he oído bien. ¿Podrías  repetirlo?-le digo riéndome.
            -Idiota-entonces cuando lo dice le tiro y se moja entera-Ahora te vas a enterar desgraciado.-me empieza a salpicar  y tras estar forcejeando conmigo durante un rato le dejo        que me tire y me hace una ahogadilla.
            -Ya estamos empatados.
            -Ahora estoy calada, idiota-me dice con el ceño fruncido.
            -Y yo también, venga no te enfades-cuando le digo eso me vuelve a empujar.
Estuvimos un buen rato en el agua haciendo el tonto. Nos lo estábamos pasando muy bien. Parecíamos niños pequeños. Nunca me lo había pasado tan bien en toda mi vida. Este sería un momento que nunca olvidaría. Cualquiera que nos viese pensaría que estamos locos por estar metidos a las doce de la noche en el agua con ropa.
            -Definitivamente estamos como una cabra-me dice mientras se va hacia la orilla.
            -Pero no puedes negar que nos lo hemos pasado bien.
            -En eso tienes razón.
            -Y te he hecho reír.-le digo-¿Sabes?
            -Que.
            -No te has enfadado por haberte metido en el agua.
            -Yo creo que si llega a ser otra chica te habría mandado a la mierda por lo que has hecho.
            -Pues seguramente tengas razón-le digo mientras le rodeo con el brazo. Entonces se pone frente a mí y me abraza.
            -Gracias por todo-me dice mirándome a los ojos.
Tengo tantas ganas de besarla, esta tan cerca. Podría tenerla entre mis brazos hasta el fin del mundo. Nunca había sentido nada parecido por una chica. Desde el primer día que la vi supe que era diferente. Pero no puedo, se que esta mal.
Precisamente la razón por la que me fui de Ohio era por ella. No quería hacerle daño, muchas veces desee morderla, pero me contuve. Dentro de un tiempo tendré que desaparecer de nuevo porque se dará cuenta de que no envejezco. Tampoco quiero que se encariñe mucho a mí porque se que cuando me marche le dolerá. Cuanto antes me marche será mejor. ¿Por qué no la ignore cuando me la encontré? Ahora esto será más duro, se que le importo porque si no, no me hubiera confesado esto. Yo solo quiero que tenga una vida normal con personas normal. Porque es muy duro ver a tus seres queridos envejecer. Yo me aparte de mis padres porque no les quiero ver envejecer y que ellos vean que no envejezco. Aunque debo confesar que de vez en cuando me escapo y voy a ver como están.

            -Tu chaqueta-dice.
            -¿Qué pasa con mi chaqueta?-le digo.
            -¡Esta seca! No te importa si me la pongo, tengo frío-    me dice.
            -Puedes ponértela.
            -No mires que me voy a quitar la camiseta-me dice dándose
la vuelta.
            -Que mas da si miro llevas sujetador y además se de que color es.
            -Serás pervertido.
            -A ver tu camiseta lleva encaje y se te transparenta.
            -¿Y qué? Solo has visto la parte de atrás y es ropa interior
no es lo mismo que un bikini.
            -Vale, vale. Relájate que estaba de broma…Qué no soy un  cerdo.
            -Sí, seguro. Todos los chicos sois iguales y eso te incluye a     ti-me señala con el dedo.
            -Qué fuerte, ¿cómo puedes pensar eso de mí?
            -Oh oh..
            -¿Qué pasa?-le pregunto.
            -Mis llaves no las tengo en los bolsillos-dice rebuscando sin parar-¿No las cogiste antes?
            -No, solo te cogí el dinero y el móvil…
            -Mierda, ayúdame a buscar las llaves-me dice.
Buscamos las llaves por la playa y no estaban así que se le debieron de caer en el agua.
            -¿Y ahora cómo entro a casa?-me dice.
            -¿No tienes una compañera de piso?
            -No, o sea sí, pero no esta vuelve mañana.-se acerca y me pega un puñetazo en el brazo-Es tu culpa si no me habrías metido en el agua esto no habría pasado.
            -Lo siento yo no…
            -Espero que este bien Kasper…
            -¿Quién es Kasper?-le pregunto.
            -El gato de mi amiga. Se supone que lo tengo que cuidar…
            -Bueno no se va a morir por pasar la noche solo. Si quieres te puedes quedar en mi casa a dormir.
            -Vale-me dice fulminándome con la mirada.
            -Estas enfadada ¿verdad?, venga que no es para tanto. Mira
para que veas que soy un buen amigo yo te pago las copias de las llaves.
            -Gracias, pero no hace falta tengo otra copia en casa.-se dirige hacia las escaleras y empieza a subirlas de dos en dos.
Con su permiso podría entrar a la casa y abrirle la puerta, pero eso tendría como consecuencia que se enterase de que soy un vampiro y me odiaría. Así que no merece la pena.
            -Giselle creo que he perdido las llaves de mi moto-le digo mientras nos adentramos en el bosque.
            -Más vale que estés de broma Andrew Miller porque si no ya puedes ir cavando tu propia tumba porque te mato con mis       propias manos-me dice frunciendo el ceño.
            -Ahora mismo pareces mi madre llamándome así-entonces se gira y se va acercando     a mí y empieza a rebuscar entre mis          bolsillos-Hey no me metas mano, y luego me llamas a mí           cerdo.
            -Mira aquí están las llaves. Por qué estaba apunto de darme un infarto ya que no tengo ganas de andar. Estoy cansada.
            -Sí las llego a perder pongo la moto en marcha en un momento. Y si no te llevo en brazos.
            -Sí claro como si fueras a aguantar hasta casa llevándome en brazos.
            -¿Quieres apostar?-le digo.
            -No-dice parándose en seco.
            -¿Qué pasa?
            -He oído algo.
            -Seguramente se algún animal, tranquila no pasa nada. Anda ven aquí-le digo rodeándola con los brazos.
            -Quita que estas mojado-me dice.
            -Eres mala…
Cuando llegamos a la moto nos montamos y nos dirigimos de camino a mi casa. Nunca había estado en mi casa de haber sabido que iba a entrar habría escondido las botellas de sangre de la nevera.
                                               f

Llegamos enseguida por lo visto estaba cerca. Cuando llegamos a su casa me sorprendió bastante. Era un chalé que estaba rodeado por unas vallas negras con las puntas afiladas y adornos en forma de espiral. El chalé era de ladrillos de un gris oscuro con el techo cubierto de unos ladrillos de color negro. Y las ventanas son alargadas de estilo gótico de color negro. La puerta era de un gris oscuro casi negro. Cuando entramos por dentro era aun mejor que el exterior. Estaba decorada con muebles modernos pero con un toque antiguo.. Tenía candelabros y velas. Y en las ventanas había cortinas de un granate oscuro. Era la casa de mis sueños. Algún día me gustaría tener una casa como esta.
            -Wow, tu casa es preciosa...
            -Venga, no exageres-me dice.
            -Sí, me encanta. Es muy oscura pero acogedora-me adentro en el salón y veo las fotos que están encima de la chimenea. Una es de cuando tendría unos catorce años y esta sonriendo mientras sostiene un trofeo, que por lo que puedo ver es de jockey. No sabía que antes jugaba al jockey. Y las demás son de su familia.
            -No sabía que jugases al jockey-le digo.
            -Bueno antes lo hacia, pero lo deje…
            -¿Por qué lo dejaste?
            -Bueno me ocurrieron cosas…-le noto incomodo así que supongo que no quiere hablar sobre eso.-¿Quieres   ducharte?
            -No me vendría nada mal, tengo arena por todas partes-le digo.
            -Ven-me dice- mejor si te duchas en el baño de arriba.
            -Vale, ¿me puedes dejar algo de ropa?
            -Claro. Mientras te duchas te busco algo de ropa ¿vale?
            -Bien.-Entonces empiezo a seguirle, subimos por las escaleras  
            -Bueno aquí tienes las toallas y si quieres secarte el pelo el secador esta ahí. Los jabones están aquí.
            -Vale, gracias-le digo mientras cierro la puerta.
            -Giselle, si quieres meto tu ropa en la lavadora y así la tienes limpia para mañana porque sino estarás llena de arena.-me dice
            Abro la puerta y saco la mano y le entrego mi pantalón y mi camiseta.
            -Esto…
            -Joder esto es incomodo-le digo-La ropa interior no te la pienso dar.
            -Tengo secadora…-dice riéndose-Si quieres meterla en la lavadora y la sacas tú…
            -Sí, creo que eso será mejor…Espera un momento- cierro la puerta y me quito la ropa interior y me tapo con la toalla abro la puerta y le sigo. Bajamos por las escaleras y me lleva   hasta la cocina dónde hay una puerta que dirige al sótano y  hay una lavadora y una secadora y un montón de utensilios      de limpieza. Sinceramente no me imagino a Andy limpiando…
            -Adelante, mete tus cosas luego meteré las mías. Te juro que no pienso tocar nada-me dice.
Cuando metí mi ropa me fui derecha al baño había sido un momento un tanto incomodo. Y el no paraba de sonreír como un idiota. Seguramente le hacía gracia, pero a mí por poco me da algo es muy vergonzoso que tu mejor amigo te vea la ropa interior. Pero no tenía otra y no podía estar con todo lleno de arena. Así que no tenía otra opción.
Al salir de la ducha no sabía dónde meterme así que empecé a buscar a Andy. Había un montón de habitaciones. La casa era bastante grande para vivir solo.
            -¿Andy?- entro a una habitación con una cama enorme. Parece su habitación. Tiene la pared pintada con un granate oscuro y esta decorada con varios posters de  grupos de música. Hay un escritorio con un portátil y unos cuantos libros. Y justo alado del escritorio hay un baúl enorme. Tengo curiosidad por lo que hay pero sería de mala educación que empezase a cotillear. Miro los libros que tiene en el  escritorio y entre ellos encuentro unas fotos nuestras de cuando estábamos en Ohio. Son de esas fotos que te hacen al momento y salen en tiras. Parecíamos muy felices en las fotos, salíamos haciendo el tonto. Mi preferida es una en la que salimos como sorprendidos con la boca abierta.
            -Estas aquí, te estaba buscando-dice acercándose a mí.
            -Acabo de salir hace muy poco y te estaba buscando..-le  digo dejando las fotos en la mesa.
            -Veo que has visto las fotos, las encontré el otro día dentro  de un libro-me dice.
            -Sí…
            -La ropa que te he dejado en la cama es para ti, es lo más  pequeño que he encontrado. Espero que te este bien.
            -Gracias.
            -Por cierto la lavadora ya se ha parado-dice mirando hacia  otro lado mientras noto que intenta contener la risa.       
            -Se que te estas partiendo por dentro, adelante riete si  quieres-le digo mientras salgo de la habitación. Cuando llego     al sótano veo que me ha dejado la lavadora abierta.     Mientras saco la ropa  con cuidado espero no encontrarme      unos calzoncillos suyos, entonces escucho un ruido y me giro y            esta apoyado en el marco de la puerta.
            -Tranquila solo he metido mis pantalones y mi camiseta-dice con una gran sonrisa. Enserio me daban ganas de matarlo, no   paraba de tomarme el pelo. Finalmente meto la ropa en la secadora y la pongo en marcha.
            -Para de poner esa cara, me estas cabreando.
            -Vale, lo siento. Puedes cambiarte en mi habitación. Cuando termines elige la habitación que quieras voy a ducharme-medice.
Espere a que la secadora se parase para ponerme la ropa interior y luego fui a vestirme.
Andy me había dejado unos pantalones de cuadros negros y blancos que se parecen bastante a los míos y una camiseta de manga corta de algodón. Obviamente me quedaba algo grande pero no me estaba mal. Elegí una habitación que estaba junto a la de Andy. Era pequeña en comparación con la suya, pero era acogedora. Tenía una cama pequeña, un armario y un escritorio. Llaman a la puerta y le digo que pase.
            -Supongo que estarás cansada así que buenas noches. Si me necesitas no dudes en  llamarme estaré despierto.
            -Buenas noches-le digo con una leve sonrisa.
En cuanto cierra la puerta me meto en la cama y apago la luz. No se como no se siente tan solo en una casa tan grande. Intento dormir pero se escuchan relámpagos constantemente, no para de llover y no puedo dormir con el constante golpeo de las gotas de lluvia en la ventana. Me pongo nerviosa, muy nerviosa cada vez que suena un relámpago me recuerda a mi sueño con Jack, en el sueño no para de llover…Así que me levanto y me dirijo hacia la habitación de Andy, llamo a la puerta…
            -Pasa.
            -¿Puedo quedarme contigo? No puedo dormir.
            -Claro, ven tumbate conmigo estoy viendo una película en el ordenador.
            -¿Qué película es?-le digo mientras me dirijo a la cama.
            -Pesadilla en Elm Street. El origen-me dice.
            -Oh no lo que me faltaba por ver.
            -¿Por?
            -Todos los días tengo pesadillas.
            -Vaya, que suerte tienes…
            -Encima siempre es la misma.
            -Que raro…¿Y qué sueñas?-me pregunta mientras para la película. Le explico mi sueño y le noto un poco tenso.-¿desde cuando sueñas eso?
            -No se, más o menos desde hace un par de meses. Todos los días con lo mismo. Y lo más raro es que estuve hablando con una amiga y me dijo que un tal Jack estuvo preguntando    por mí en Ohio y por los visto por las pintas que me dijo que   tenía es exactamente    igual que el chico de mis sueños, mejor dicho mis pesadillas. Y nunca antes le había visto   simplemente le empecé a ver en mis pesadillas.
            -Simplemente será casualidad, no te preocupes no será nada. ¿Qué te parece si ponemos otra película? Tengo bastantes.
            -Vale…
Mmmh, he dormido más bien. No he tenido esa horrible pesadilla, ya van dos días seguidos. Qué raro tal vez ya no la vuelva a tener. Me giro y me encuentro a Andy dormido. Espera un momento estoy en la cama con Andy… Seguramente me quede dormida viendo la película.
            -Andy, ¿estas despierto?-no responde. Me acerco pero parece que este profundamente dormido, esta tan mono…
            -Buuu-grita Andy y yo pego un grito y me caigo de la cama.
            -Auch, ¿por qué has hecho eso? Me has asustado-le digo poniendo una mueca de dolor mientras el no para de reírse.-  No me hace gracia.
            -Pues a mi sí, la cara que has puesto era mortal. ¿Qué pretendías hacerme?
            -Que narices piensas que quería hacerte, solo quería ver si estabas despierto.-le   digo levantándome del suelo.
            -No se estaba indefenso..
            -¿Enserio?-pongo los ojos en blanco.
            -Jajajajaja anda vamos a desayunar que tengo un hambre-dice levantándose de la cama.
Me pregunto cuanto tiempo llevara despierto y si se habrá quedado mirando como duermo. Cuando salió de la habitación me tumbe en la cama y me quede mirando el techo. Algo dentro de mí no quería que el tiempo siguiese avanzando tan rápido. Me lo había pasado tan bien que, que…
            -Oh dios mío, Andy-grito bajando las escaleras corriendo.
            -¿Qué pasa? ¿Has visto algo?-dice Andy asustado.      
            -Son las once de la mañana y no he ido a trabajar ni siquiera he avisado de que no  podía ir a trabajar.
            -Joder Giselle me habías asustado, pensaba que te había pasado algo-dice apoyándose en la pared.
            -Pero no lo entiendes, como me echen me muero.
            -Por un día no te dirán nada boba-me dice riéndose.
            -Seguro que me han llamado un montón de veces. ¿Por qué narices puse el móvil en silencio? Soy idiota.-me giro y me  encuentro a Andy mirándome de una forma un tanto     extraña.
            -Hablas sola…Te acabas de insultar a ti misma, pensaba que  era el único idiota pero veo que no.
            -Andy ahora no estoy de humor para tus bromitas-le digo subiendo las escaleras         cabreada. Cuando miró mi teléfono tenía cuatro llamadas perdidas y un mensaje de voz. Y ahora ¿qué hago? No se que narices le voy a decir a mi jefa.
            -Giselle, baja.-me dice Andy.

En qué narices estaba pensando. Si me despiden me muero. Bajo las escaleras de una en una mientras escuchaba el mensaje. Giselle te he llamado cuatro veces y no me has contestado no se si te ha pasado algo pero tendrías que haber avisado. Llámame cuando puedas, necesito hablar contigo.
 Se nota que esta cabreada, seguro que me echa.
            -¿Café o cola-cao?-me dice.
            -Cola-cao-le digo mientras me siento y apoyo la cabeza en la mesa.- Me ha llamado cuatro veces y me ha dejado un  mensaje de voz y se nota que esta cabreada.  Definitiva-mente me echa.
            -Hazme caso no te van a echar y ahora tomate tu cola-cao nena.
            -¿Nena?
            -Te gusta el cola-cao como a los niños pequeños-dice echándole azúcar a su café.
            -Mira quién fue a hablar, ni que fueras mayor tienes cola-cao en casa y eso no es solo para niños.
            -Claro… ¿Y has pensado ya que trola le vas a contar?
            -No, por mí no pisaría nunca más esa cafetería pero necesito el dinero. Así que ya      me puedo ir estrujando los sesos para  tener una excusa decente.-le digo mientras me parto un trozo de bizcocho.
            -Bueno tienes tiempo…Por cierto ¿a qué hora vuelve Vicky?
            -Tiene que estar al caer. En cuanto termine de desayunar le llamo.
            -Vale.



Cuando termine de desayunar llamé a Vicky y me dijo que ya estaba en casa. Andy me llevo a casa y me dijo que en cuanto tuviese noticias del trabajo le llamase. No quería llamar pero no me quedaba otra alternativa. En cuanto entre a casa Vicky me estrujo como nunca, me había extrañado un montón. Estuvimos durante horas y horas hablando sobre un montón de cosas, puesto que llevábamos dos semanas sin vernos teníamos un montón de cosas que decirnos. Por fin iba a dejar de estar sola en casa, debo decir que no me gusta nada. Prefiero estar acompañada. A pesar de que le dije que no me trajese ningún regalo me trajo un montón. Con un simple imán para la nevera me habría conformado pero como Vicky es tan cabezona no me hizo caso. Me trajo una sudadera que pone I love ARGENTINA, unos leggins de cuero que tenía encaje a los lados y unos pendientes.

Al final decidí llamar al trabajo sobre la hora de comer y le dije que me había surgido un imprevisto y estuve fuera de la ciudad. Y cuando le dije eso pensé que me iba a despedir pero me dijo que la próxima vez avisase y que no me pensaba pagar el día de trabajo perdido. Al menos aún conservaba mi puesto de trabajo y eso era lo que importaba.

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