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domingo, 24 de marzo de 2013

Cap. 16


Capitulo dieciséis

Ya habían pasado dos días desde la última vez que vi a Andy. Por la noche me pareció verle desde la ventana. Seguramente estaría vigilando. Le llame varias veces pero no me contestaba simplemente lo único que hizo fue enviarme un mensaje que decía Será mejor si no nos vemos en persona a solas. Si te pasa algo grave llámame pero sino no lo hagas. No quiero estropear tu relación con Ángel.
No podía quitarme de la cabeza esa noche y no por lo que hizo Jack sino por Andy no podía olvidar sus besos y la forma en la que me miró cuando me aparto.
Ayer Ángel vino a pedirme perdón por lo que hizo pero me costo mirarle a los ojos después de lo que hice y finalmente le perdone sin poner ninguna pega aunque estaba enfadada muy enfadada con él después de lo que hice sería muy estúpido no perdonarle por mi parte. Por un momento estuve a punto de contárselo pero no me atreví. Si no se entera mejor, porque le conozco y querrá partirle la cara a Andy y se que mi novio es como una mosca para Andy porque se lo podría cargar en un momento. Al final solo fue un beso y no paso nada más aunque si no se hubiera ido seguramente las cosas habrían ido a más. Se que yo habría sido capaz de ir mucho más lejos  que con mi novio porque sería incapaz de negarme a Andy porque es una cosa que siempre había deseado y le conocía muy bien. Aunque no habría sido propio de mi haber hecho eso sería otra excepción como el beso.
            -Cariño ¿qué estas pensando?-me dice Jessica alzando las cejas.
            -En nada-le digo con una risa tonta mirando hacia otro lado.
            -Tú me estas ocultando algo y lo noto-me dice acercándose a mí.
            -Te lo voy a contar pero con una condición.
            -¿Qué condición?-me pregunta.
            -No se lo tienes que contar a nadie y en cuanto a nadie eso incluye a tu novio.
            -Vale ¿qué es?
            -Andy me beso.
            -¡Qué! ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Besa bien?-dice pegando un brinco en el  sofá- Es que lo sabía, sabía que algún día pasaría.
            -El otro día cuando Jack se hizo pasar por Andy, ya sabes que avisé a Andy y vino.
            -Si, sigue. Cuéntame todos los detalles-me dice.          
Le conté todo lo que paso y se quedo alucinando.
            -Tienes que dejar a Ángel y te tienes que quedar con Andy.
            -No tonta. Quiero a Ángel es mejor si dejó las cosas como están con Andy-le digo aunque no he sonado muy convincente.
            -Yo te he dado mi opinión tu haz lo que quieras.
            -Me tengo que ir he quedado con Ángel.
            -Recuerda que tienes que estar en casa antes de que oscurezca. ¿Dónde estaréis?-me pregunta.
            -Supongo que iremos al cine y daremos una vuelta-le digo.
            -Vale, si notas algo raro no dudes en llamarme. Quién sabe si ha contratado a alguien para que te siga. De todas  formas estaré cerca de ti.

La tarde se me paso lenta la verdad aunque me lo pasé bien. Hicimos justamente lo que le dije a Jessica. Ir al cine y a dar una vuelta de todas formas no había muchas cosas para hacer. Cuando estaba con el no paraba de tocar el colgante que me regaló Andy por mi cumpleaños. Prácticamente no me lo podía quitar de la cabeza. Él quería que me quedase más rato pero ya era tarde y me tuve que ir. Parece que todo había vuelto a la normalidad entre nosotros dos aunque me sienta un poquitín mal. No puedo hacer nada para remediarlo lo hecho, echo esta. No hay vuelta atrás.
Al llegar a casa me aburría un montón ya que Vicky no estaba se había vuelto a ir unos días por trabajo. Había una convención de tatuadotes en Nueva York y no se la quería perder. Y como faltaba una hora para que anocheciese decidí salir a dar una vuelta y como casualmente estaba cerca de la casa de Andy decidí pasarme para ver como estaba. El casualmente no fue simplemente casualidad quería verle así que me arriesgue. Cuando llegue a la puerta llamé un par de veces y me abrió la puerta y parecía molesto.
            -¿Qué haces aquí? Te das cuenta de que hora es-me dice y      me coge del brazo y me mete en casa. Antes de cerrar la         puerta se asegura de que no hay nadie.
            -Quería verte.
            -Te dije que no sería muy buena idea que estuviéramos a solas-me dice frunciendo el ceño.
            -Pero si no estamos solos, esta el gato-le digo con un pequeña sonrisa. Se que estaba cabreado pero lo que le acababa de decir le había echo gracia porque pude notar como intentaba contener la risa.
            -Imagina que no llego a estar en casa ¿qué haces? No te habría dado tiempo a volver.
            -Pues seguramente me habría ido a casa y si me daría  tiempo.
            -Dios-dice poniendo los ojos en blanco.
            -No te enfades. No he venido a hablar sobre lo del otro día.    ¿Es qué no podemos estar como antes? Como dos amigos normales.
            -Si pensabas que estaba dispuesto a hablar sobre eso te equivocas.
            -¿Por qué?-le pregunto.
            -Porque no y no me hagas discutir que no tengo ganas-me dice casi gritando.
            -Si vas a estar así conmigo será mejor que me largue-me doy la vuelta y voy a abrir la puerta pero entonces me coge de la cintura y me hecha hacia atrás.
            -Tú no te mueves de aquí-me dice susurrando en mi oído. Y me estremezco.
            -Idiota-le digo y me aparto.
            -Enana-en cuanto me dice eso le saco el dedo del medio y le fulmino con la mirada.
            -¿Tienes hambre?-me pregunta.
            -No quiero nada-le digo y justo me suenan las tripas.
            -Vale lo tomare como un sí, tu estómago ha hablado por ti-dice riéndose.
            Le dije que no quería nada porque en ese momento estaba enfadada pero mi estómago me delató. Cenamos alitas de pollo y patatas fritas. Realmente le salieron muy bien. Según él las alitas de pollo eran su especialidad y no puedo negarlo.
            -¿Qué miras?-me pregunta. Él esta sentado en la otra punta del sofá con las piernas abiertas fumando un cigarro.
            -¿Es qué ahora tampoco puedo mirarte?
            -No-me dice y gira la cabeza y sigue viendo la televisión. Puedo ver como sonríe. Me esta tomando el pelo.
            -¿Por qué estas tan borde conmigo?
            -No lo estoy.-me dice y mueve la cabeza en señal de nega-ción. Odio cuando se pone así se perfectamente que me esta      mintiendo. Esta borde y punto.
            -Mentiroso-le digo y me siento junto a el y apoyó la cabeza en su hombro.
            -Te dije que sería mejor que no estuviésemos solos-me dice. Gira la cabeza en mi dirección y me rodea con el brazo
            -¿Por qué?
            -Por lo que pasó el otro día. No quiero que se repita.
            -Yo no hice nada fuiste tu el que me cogió y me empezó a besar-le digo.
            -Y reconozco que lo que hice estuvo mal pero tú no me apartaste e incluso querías más-me dice pero eso último con una voz algo sensual.
            -Calla-le digo y me empiezo a poner colorada. Entonces el brazo que me rodeaba y descansaba en mi hombro fue bajando hasta llegar a mi cintura y me empezó a hacer cosquillas sin parar. Yo me intente apartar pero no me lo podía quitar de encima.
            -Para Andy, esto no es justo. ¡No te he hecho nada!
            -¿Y qué?-me dice pero no se aparta de encima de mi.
            -Idiota-le digo. Y acerca su cara a la mía tanto que casi nos besamos.-A parta, que apestas a tabaco le digo y le empujo golpeándole en el pecho pero no consigo apartarle mucho.
            -¿Ahora no quieres un beso mío?-me pregunta acercándose cada vez a mí.
            -No-le digo. Me lo consigo quitar de encima y me siento en el sillón. Cuando le miro me esta mirando fijamente con una sonrisa de niño malo y yo no puedo contener devolverle la sonrisa negando con la cabeza.
            -Así esta bien-me dice.
            -¿Qué quieres decir?
            -Tienes novio y lo que acabas de hacer esta bien.
            -Y si te habría dicho que sí ¿qué habrías hecho?
            -No se ¿tú qué crees?-me pregunta levantando una ceja.
            -Tú mismo lo has dicho tengo novio así que con eso te digo todo.
Después de decirle eso dejo de mirarme y se puso a ver la tele. Nos quedamos en silencio viendo la tele durante una hora hasta que finalmente rompí el silencio.
            -¿Puedo pedirte algo?
            -Depende que cosa sea-me dice.
            -¿Me puedes enseñar tus colmillos?-cuando le pregunto eso me mira confuso. Se que ha sonado un poco raro pero quiero ver cómo son los dientes de vampiro de una manera en la que no sea yo el aperitivo.
            -¿Para qué?
            -Solo quiero verlos de cerca-le digo.
            -No creo que sea buena idea-me dice aunque unos segundos más tarde hace un gesto con la mano en señal de quevaya. Me acerco y me arrodillo en el sofá junto a él. Se me queda mirando durante unos instantes pero luego baja la cabeza y cierra los ojos.-¿Por qué me haces esto?
            -¿Hacerte el qué?-le pregunto.
            -Pedirme que te muestre el monstruo que llevo dentro.
            -No eres ningún monstruo-le digo. Acerco mis manos a su cara y se la levanto para qué me mire a los ojos. Entonces veo un pequeño destello en sus ojos que por un momento se      vuelven rojos pero vuelven a su azul grisáceo.
            -No me digas eso, es lo que soy-me dice y me aparta la mano de su cara y coge mi dedo posándolo en su labio inferior para que pueda tocar su colmillo. Es largo y afilado justo cuando lo toco sin querer me lo clavo y una pequeña gota de mi sangre cae en su labio justo cuando se aleja.-No te tenía que haber dejado hacer esto, ¿te duele?-me dice relamiendo su labio evitando mirarme a los ojos.
            -Estoy bien tranquilo-le digo.
            -Tú sangre…-entonces se frota la sien con la mano y me mira-Será mejor que nos vayamos a dormir.
            -¿Cómo te ha sabido?-le pregunto.
            -Yo no…-me mira y tiene los ojos rojos se acerca y me coge el dedo y lo acerca a su boca y le  da un beso. Como si fuera   por arte de magia la herida desapareció y solo quedo la sangre seca.
            -¿Cómo has hecho eso?-le pregunto asombrada.
            -Sólo era una pequeña herida y te la cure. Por si no te has dado cuenta los vampiros tienen poderes. Cómo has podido era Jack puede transformarse en otras personas y yo puedo curar sin utilizar mi sangre-me dice con total tranquilidad.
            -Vaya es asombroso. Entonces cuando me caí y me corte ¿me podías haber curado?
            -Sí, pero no lo hice porque si no te habrías dado cuenta de lo que era. Pero Jessica te la curo con su sangre.
            -Por eso el zumo que me dio me sabia tan bien-digo confusa.
            -Sí.
            -Entonces cada vez que me haga daño acudiré a ti Doctor Miller-le digo guiñándole un ojo.
            -Esta bien. Pero que te quede una cosa clara. No pienso volver a dejarte hacer eso, podía haber acabado la cosa mal.
            -¿Cómo de mal? Te habrías lanzado encima de mí y me habrías mordido-le digo dándole un puñetazo en el brazo.
            -Puede ser-me dice poniendo cara de pensativo y se levanta.
            -¿A dónde vas?-le pregunto.
            -A dormir-me dice. Entonces me pongo de pie en el sofá y se me queda mirando.-¿Qué haces?
            -Nada, tú date la vuelta-le digo y sin poner pegas se da la vuelta y me echo encima de él.
            -Veo que quieres jugar-me dice agarrandome de las piernas para estar bien sujeta.
-A partir de ahora no me importa si cargas conmigo como se  que para ti cargar conmigo no te supone ningún esfuerzo-le digo. Y empieza a brincar de un sitió a otro por toda la casa    sin parar. No parábamos de reírnos, era como si fuéramos unos crios. Subió todas las escaleras en dos saltos. Era increíble.
            -Bueno señorita debo decirte que el trayecto ya se ha  acabado y hemos llegado a la estación puede bajar-me dice    dejándome en la cama.-Espero que el viaje le haya sido lo más confortable posible.
            -Sí lo ha sido y me gustaría repetirlo-le digo y me tumbo en la cama. Justo entonces se tira en la cama y se estira. Estamos tumbados a la misma altura y gira la cabeza y se me queda mirando a los ojos.
            -No vas a dormir aquí conmigo-me dice.
            -¿Por qué? No sería la primera vez que dormimos juntos-le digo.
            -¿Ahora que sabes lo que soy no tienes miedo?
            -No-le digo y empiezo a golpearle con un cojín pero lamentablemente me lo quita y lo tira al suelo.
            -No seas mala- cuando me dice eso le saco la lengua y apago la luz. Me quito los zapatos y el pantalón (llevaba una    camiseta larga así que no se me vio nada) Y me meto entre las  sabanas.
            -Buenas noches-le digo.
            -Pero que… Mira que eres cabezona-dice intentando destaparme pero como ve que no lo consigue se mete y me empieza a hacer cosquillas sin parar.
Tras ser torturada durante un buen rato consigo cogerle las manos y se las agarro. Se que se esta dejando coger porque podría soltarse en un momento porque tiene mucha fuerza. Me pongo encima de él sin soltar sus manos y le doy un beso en la mejilla dándole las buenas noches.

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